
La cantidad del mismo que es producida por nuestro cuerpo depende fundamentalmente de si nos encontramos en reposo o realizando alguna actividad física. Numerosos estudios científicos han concluido que la cantidad de ácido láctico (llamado también lactato) producida por una persona en reposo de unos 75 kg de peso, puede alcanzar tasas de hasta 1400 mm al día.
Las personas que realizan ejercicio intenso son conscientes de sus efectos en los músculos, aunque hay que tener en cuenta que la producción de lactato en un organismo varía mucho según la constitución de la persona y de la intensidad del ejercicio realizado; cuando este ejercicio exige gran cantidad de energía de las células y estas no disponen del suficiente oxígeno, aumenta la presencia de ácido láctico.
En este punto hay que hacer una aclaración, ya que desde el primer momento en que el lactato se forma queda inmediatamente disociado como dos iones (ión lactado e hidrógeno), siendo este último el culpable de todos los problemas que se le atribuyen al lactato ya que es el mayor causante de los dolores y fatigas musculares.
A pesar de estas sensaciones y efectos adversos para los atletas y deportistas en general, se ha demostrado científicamente que el ácido láctico en algunas ocasiones es beneficioso para el rendimiento, ya que preparará a los músculos para resistir mejor un gran esfuerzo evitando el daño de éstos.
Fuente: www.nutricionyfitness.es