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martes, 11 de mayo de 2010

Frutos secos, bocados de energía: recuperate tras una dura clase de ciclo

Consumidos desde la antigüedad, los frutos secos son uno de los grupos de alimentos más completos que existen. Aportan energía, proteínas, vitaminas, fibra y grasas saludables que nos protegen frente a las enfermedades cardiovasculares.

La auténtica energía de bolsillo ya era conocida en la Prehistoria. Desde la antigüedad, los frutos secos han sido un alimento básico en la gastronomía de diversas culturas de todo el mundo. Los romanos los consideraban “alimentos de los dioses” y asociaban su consumo con la salud y la buena memoria. Dos mil años después, numerosos estudios científicos han confirmado lo que ya intuían en la antigua Roma: los frutos secos contienen una equilibrada concentración de elementos saludables que cuidan y protegen nuestro organismo, aumentando la esperanza de vida.

Los expertos comprobaron que los vegetarianos y las poblaciones de los países mediterráneos –grupos que incluyen los frutos secos en su dieta de forma habitual– presentaban menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Al ser ricos en ácidos grasos insaturados, que favorecen la reducción del colesterol ‘malo’ y los triglicéridos, los frutos secos nos protegen frente a las enfermedades coronarias. Diversos estudios confirman que consumirlos 5 veces por semana reduce en un 51% el riesgo de infarto de miocardio.

Todos los frutos secos –almendra, avellana, nuez piñón, pecana, anacardo, macadamia y pistacho; se incluye también el cacahuete pese a ser una legumbre– presentan una composición similar en proteínas, azúcares y lípidos. Aportan energía, vitaminas E, A, B1 y B2 y minerales. Además, su contenido, relativamente elevado en fibra vegetal, favorece el tránsito intestinal y ayuda a prevenir el cáncer de colon.

No engordan

Existe la falsa creencia de que estos alimentos engordan debido a su alto valor calórico. Pero lo cierto es que si reemplazamos en nuestra dieta alimentos ricos en lípidos –carnes, lácteos, huevos, entre otros– por frutos secos, el aporte energético total se mantiene, sin aumentar nuestro peso corporal. Además, comer tan sólo un puñado –unos 25 gramos– de frutos secos cada día ayuda a controlar el apetito.

Los frutos secos están especialmente indicados para los estudiantes, por su contenido en hierro, fósforo y calcio, indispensables para un correcto desarrollo de la capacidad intelectual; para los deportistas, ya que aportan mucha energía; para los adolescentes, ya que su contenido en calcio ayuda a fortalecer y desarrollar los huesos; y, por supuesto, para aquellas personas que deban regular su nivel de colesterol en sangre.

  • Nuez: Es el fruto seco más saludable para el corazón. Los griegos la llamaban ‘kara’ –cabeza– por su parecido con el cerebro humano. El 90% de las grasas que contiene son insaturadas, por lo que resulta idónea para cuidar y fortalecer el sistema coronario. Además de ser fuente de fibras vegetales, la nuez contiene vitamina E, un antioxidante que ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y ciertos tipos de cáncer. Es muy recomendable durante la menopausia.  
  • Avellana: Su cultivo es uno de los primeros de los que se tiene constancia histórica. Destaca por su aporte en fibra vegetal, por lo que los expertos recomiendan incluirla en la dieta de quienes padecen estreñimiento. Las avellanas son tan ricas en ácido oleico que han sido definidas como “auténticas cápsulas naturales de aceite de oliva”. La cantidad recomendada es de unos 25 gramos al día, cinco veces por semana.  
  • Almendra: Conocida como ‘la reina de las rosas’, la almendra es muy valiosa para aquellas personas que sufren intolerancia a los productos lácteos, debido a su alto contenido en calcio. Así, 100 gramos de almendras aportan el mismo calcio que un vaso de leche. Su porcentaje de grasas insaturadas es similar al de la nuez y también es rica en vitamina E. Su consumo favorece la subida de la leche materna, mejora los problemas nerviosos y actúa como desinfectante intestinal. En la Edad Media, los sirvientes incluían almendras en los banquetes de sus señores para favorecer su digestión y que, de esta forma, se mostraran más indulgentes.  
  • Pistacho: Comparte con sus ‘hermanos’ las mismas propiedades saludables y es ideal tanto para las personas que realizan un gran esfuerzo físico como para quienes desarrollan actividades intelectuales que requieran concentración. Su consumo regular reduce la presión arterial, mejora la sensibilidad a la insulina y combate la anemia. El pistacho es el sustituto perfecto de alimentos ricos en grasas saturadas como las palomitas de maíz y las patatas ‘chips’.
Fuente: www.forospinning.com

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